Este gran estrómbido de las antillas ha sido apreciado siempre como elemento decorativo. Es comestible. Su concha se usa como bocina. Los ejemplares jóvenes no poseen el reborde desarrollado y bastante grueso, propio de los adultos (20-30 cm). En el interior de la concha a veces se han hallado perlas rosadas semipreciosas. El animal se alimenta de pequeñas algas. La hembra puede tener mayor tamaño.